Monseñor Georg Aigner, párroco durante muchos años de la parroquia alemana en la Ciudad de México, falleció el 24 de diciembre de 2021. Nacido en 1938 en Mangolding, en la diócesis de Ratisbona, Aigner trabajó durante más de 35 años para la Secretaría de Asuntos Exteriores del Episcopado Alemán. Después de la escuela primaria, la secundaria y preparatoria en Ratisbona y con los benedictinos de Schweiklberg, al principio quería ser profesor. En 1958, comenzó el noviciado con los Salesianos de Don Bosco. Apenas un año después fue enviado a Brasil, donde emitió sus primeros votos religiosos y se preparó para trabajar como misionero. A continuación, trabajó en la orden como profesor en Mato Grosso, Brasil. Su compromiso con los cafeteros desfavorecidos y con los maestros locales de religión le llevó a un peligroso conflicto con los opositores, lo que le hizo pensar en la conveniencia de abandonar Brasil. Así fue como el religioso llegó a la Ciudad de México, donde el sacerdote oficiante de Colonia, Wilhelm Havers, le aconsejó buscar la incardinación en la Arquidiócesis de Colonia, lo que hizo en 1968 con su ordenación sacerdotal en la Ciudad de México. Así comenzaron muchos años de actividad pastoral, primero como capellán y después como párroco de la parroquia alemana y mexicana de Santo Tomás Moro en la Ciudad de México. Se mantuvo fiel a su preocupación original por la labor educativa incluso como párroco. Generaciones de niños y jóvenes alemanes y mexicanos pasaron por la instrucción catequética de la fe y el trabajo de la juventud eclesiástica del padre Aigner. Esta fue posible al haber desarrollado un programa especial de formación para catequistas. El Gobierno Alemán le concedió la Cruz Federal del Mérito por sus servicios de ayuda humanitaria tras la catástrofe del terremoto de 1985. Con el apoyo del tenor Plácido Domingo, Aigner dirigió un gran proyecto de construcción de viviendas para las víctimas del terremoto. Pasó su jubilación en Acapulco, México. En 2018 pudo celebrar su 80 cumpleaños y su 50 aniversario de ordenación con buena salud en México y en Alemania. Con Monseñor Aigner nos ha dejado un pastor sensible y un profesor comprometido.
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