Misa de Primera Comunión

Avisos importantes para la celebración de la Santa Misa

  • Al entrar al templo tienen que dejarse medir la temperatura.
  • Hay que tener portar el cubrebocas correctamente durante toda la celebración.
  • Tienen que desinfectarse las manos con gel a la entrada de la iglesia.
  • Tienen que desinfectarse los zapatos en los tapetes de la entrada.
  • A partir de las 10 am los niños de la primera comunión se confiesan en la iglesia. Por favor mantengan silencio para que los niños se puedan preparar en un ambiente de oración.
  • Los niños de la Primera Comunión se sientan junto a su familia.
  • No hay asientos reservados.
  • Solo familiares que viven juntos en la misma casa pueden sentarse en una misma banca.
  • Siempre hay que respetar la sana distancia con los demás feligreses.
  • En el momento de la comunión los niños que reciben la eucaristía por primera vez se forman en el pasillo de en medio. Todos los demás se mantienen todavía en sus lugares.
  • Solo después de la primera comunión de los niños los demás feligreses se pueden formar en el pasillo del centro para recibir el Cuerpo de Cristo.
  • Por orden del Arzobispo se distribuye la Santa Comunión solo en la mano. Después de recibir el Santísimo Sacramento en la mano hay que comulgar la hostia inmediatamente, frente al sacerdote, sin alejarse.
  • Esta prohibido tomar fotos durante la ceremonia.
  • Les rogamos mantener sus celulares en silencio.

Canto de entrada


Acto de contrición

Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Seńor. 

Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén. 

Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.


Oración colecta

Oremos. Oh, Dios, que contemplas cómo tu pueblo espera con fidelidad la fiesta del nacimiento del Señor, concédenos llegar a la alegría de tan gran acontecimiento de salvación y celebrarlo siempre con  solemnidad y júbilo desbordante. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Lectura (1 Ts 5, 16-24)

Antonella

Hermanos: Vivan siempre alegres, oren sin cesar, den gracias en toda ocasión, pues esto es lo que Dios quiere de ustedes en Cristo Jesús. No impidan la acción del Espíritu Santo, ni desprecien el don de profecía; pero sométanlo todo a prueba y quédense con lo bueno. Absténganse de toda clase de mal. Que el Dios de la paz los santifique a ustedes en todo y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, se conserve irreprochable hasta la llegada de nuestro Señor Jesucristo. El que los ha llamado es fiel y cumplirá su promesa.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


Aclamación antes del Evangelio (Is 61, 1)

El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres.


Evangelio (Jn 1, 6-8. 19-28) 

Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz. Éste es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: “¿Quién eres tú?” Él reconoció y no negó quién era. Él afirmó: “Yo no soy el Mesías”. De nuevo le preguntaron: “¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?” Él les respondió: “No lo soy”. “¿Eres el profeta?” Respondió: “No”. Le dijeron: “Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?” Juan les contestó: “Yo soy la voz que grita en el desierto: ‘Enderecen el camino del Señor’, como anunció el profeta Isaías”. Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: “Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?” Juan les respondió: “Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias”. Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.

Palabra del Señor. Te alabamos, Señor.


Homilia


Renovación de las promesas bautismales

¿Renuncian al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios?

Sí, renuncio.

¿Renuncian a todas las seducciones del mal, para que no domine en ustedes el pecado?

Sí, renuncio.

¿Renuncian a Satanás, padre y príncipe del pecado?

Sí, renuncio.

¿Creen en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?

Sí, creo.

¿Creen en Jesucristo, su Hijo único, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?

Sí, creo.

¿Creen en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de la carne y en la vida eterna?

Sí, creo.

Que Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos regeneró por el agua y el Espíritu Santo y que nos concedió la remisión de los pecados, nos guarde en su gracia, en el mismo Jesucristo nuestro Señor, para la vida eterna. Amén.


Credo de los Apóstoles

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.


Peticiones

Jeden Sonntag treffen wir uns zum Gottesdienst und erinnern uns an den Tod und die Auferstehung Jesu an Ostern. Voll Freude und Dankbarkeit beten wir:

  1. Isabella
    Gott, du liebst das Leben und du liebst jeden einzelnen Menschen. – Wir bitten dich für alle Menschen, die in Not sind und in ständiger Angst leben müssen.
    Wir bitten dich, erhöre uns.
  2. Paolo
    Dios nuestro, tu hijo Jesús murió en la cruz, pero le diste nueva vida. – Te pedimos por los que fueron víctimas de las guerras y de la violencia.
    Te pedimos, óyenos.
  3. Camila
    Gott, du schenkst uns den Sonntag als einen Tag der Freude. – Wir bitten dich für unsere Familien und für unsere Freundinnen und Freunde, mit denen wir spielen, lachen und Spaß haben.
    Wir bitten dich, erhöre uns.
  4. Olivia
    Dios nuestro, cuando compartimos el vino y el pan en la Santa Misa, tu estás en medio de nosotros. – Te pedimos por los que se sienten debiles y requieren nuevas fuerzas, porque están enfermos.
    Te pedimos, óyenos.
  5. María
    Gott, du schenkst unseren Verstorbenen eine neue und ewige Heimat bei dir. – Wir bitten dich für alle Menschen, die traurig sind, weil ein Mensch gestorben ist, der für sie wichtig war.
    Wir bitten dich, erhöre uns.

Gott, du bist ein Freund des Lebens und der Menschen. Das feiern wir Sonntag für Sonntag in österlicher Freude. Amen.


Canto para el ofertorio (3x)

Renata y Paula traen las ofrendas del pan y del vino al altar.


Oración sobre las ofrendas

Oremos. Haz, Señor, que te ofrezcamos siempre este sacrificio como expresión de nuestra propia entrega, para que se realice el santo sacramento que tú instituiste y se lleve a cabo en nosotros eficazmente la obra de tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


Prefacio

El Seńor esté con ustedes. 
Y con tu espíritu. 
Levantemos el corazón. 
Lo tenemos levantado hacia el Seńor.
Demos gracias al Seńor nuestro Dios. 
Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, nuestro Señor. El cual, al venir por vez primera en la humildad de nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y nos abrió el camino de la salvación, para que cuando venga de nuevo, en la majestad de su gloria, revelando así la plenitud de su obra, podamos recibir los bienes prometidos que ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de su gloria: 


Santo


Plegaria Eucaristica

Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad; por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu, Espíritu, de manera que se conviertan para nosotros en Cuerpo y Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada, tomó pan, dándote gracias lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:

TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.

Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo:

TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR USTEDES Y POR MUCHOS PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.

Éste es el sacramento de nuestra fe.

Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!

Así pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, y te damos gracias porque nos haces dignos de servirte en tu presencia.

Te pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo y Sangre de Cristo.

Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra; y con el Papa Francisco, con nuestro Obispo Carlos, y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, llévala a su perfección por la caridad.

Acuérdate también de nuestros hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrección, y de todos los que han muerto en tu misericordia; admítelos a contemplar la luz de tu rostro.

Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo san José, los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas.

Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.


Padre nuestro

Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:

Padre nuestro que estás en el cielo santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

Líbranos de todos los males, Señor y concédenos la paz en nuestros días, para que ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.

Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.


Rito de la Paz

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: ‚La paz les dejo, mi paz les doy‘, no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

La paz del Señor esté siempre con ustedes.

Y con tu espíritu.


Cordero de Dios

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.

Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.


Antífona de la Comunión

Digan a los cobardes: “¡Ánimo, no teman!; miren a su Dios: viene en persona a salvarlos”.


Acción de gracias (3x)


Oración después de la Comunión

Oremos. Imploramos, Señor, tu misericordia, para que estos divinos auxilios nos preparen, purificados de nuestros pecados, para celebrar las fiestas venideras. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


Bendición

El Señor esté con ustedes. Y con tu espíritu.

La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre. Amén.

Pueden ir en paz. Demos gracias a Dios.


Canto de receso

Hoja para el Cuarto Domingo de Adviento